Paula Aponte

Nos llena de orgullo presentar a Paula Aponte, exalumna del Colegio San Jorge de Inglaterra, promoción 2014, y líder en el sector AgTech en América Latina. Como CEO y cofundadora de CurubaTech, Paula está revolucionando el agro en la región, impulsando la sostenibilidad a través de tecnología innovadora. Su pasión por el desarrollo rural y la seguridad alimentaria se reconoció internacionalmente, incluyendo premios en liderazgo femenino y emprendimientos.

CurubaTech se especializa en brindar asistencia técnica remota y análisis de datos para ayudar a los agricultores a tomar decisiones más informadas y eficientes. Paula, quien ha trabajado con más de 100 municipios en Colombia, está comprometida en dignificar el trabajo agrícola y en llevar su empresa a nuevas fronteras. Además, ha colaborado con entidades como las Naciones Unidas y el Banco Mundial, y su startup ha sido destacada por la presidencia de Colombia. 

Sobre su paso por el colegio, Paula recuerda con cariño los valores y las lecciones que le inculcaron. En una entrevista reciente, comentó:

"Las actividades de solidaridad que realizábamos me abrieron los ojos a la realidad de nuestro país y me enseñaron el valor de la empatía y el deber de retribuir a nuestra sociedad". También mencionó lo mucho que extraña los almuerzos y los espacios que tenía para compartir con sus amigos.

Con una visión ambiciosa para el futuro, Paula busca posicionar a Colombia como uno de los principales exportadores agroalimentarios del mundo, siguiendo el plan de la FAO. Además, tiene planes de expandir CurubaTech a nivel internacional.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrevista:

¿A qué te dedicas hoy en día, cuéntanos un poco sobre tu trayectoria profesional y de CurubaTech?
 
Hoy en día, tengo el privilegio de ser parte de revolución digital en el sector agropecuario, como co-fundadora de CurubaTech. CurubaTech es una startup que nació de una visión clara y un propósito firme: transformar la agricultura en Colombia a través de la tecnología. En CurubaTech, nos dedicamos a brindar asistencia técnica remota y a realizar la recopilación y análisis de datos que permiten a los agricultores tomar decisiones más informadas y eficientes. Tenemos proyectos en varios municipios del país y cada día vemos cómo nuestro trabajo ayuda a mejorar la vida de los agricultores y a fomentar prácticas más sostenibles.
 
Mi trayectoria profesional ha sido un viaje lleno de aprendizaje, crecimiento y cambio. Estudié arquitectura e ingeniería civil en la Universidad de los Andes, lo que me llevo hacer pasantías en Londres y en el Grupo de Investigación de Ingeniería y Gerencia de la Construcción de la Universidad. Esto me brindó una base sólida en el pensamiento estructurado y la solución de problemas complejos. Pero al graduarme empece a trabajar en el sector agropecuario, en la estructuración y desarrollo de proyectos productivos para las zonas rurales del país, gracias a esto tuve la posibilidad de trabajar con entidades como la Policia de Antinarcoticos y visitar más de 100 municipios colombianos. Lo cual también me llevo a formarme como Extensionista Agropecuaria en la Universidad Nacional, acercándome aún más al campo y a las necesidades reales de los agricultores. Desde que inicie mi trayectoria dentro del sector agropecuario he tenido la fortuna de trabajar en proyectos estratégicos para el Ministerio de Agricultura, en rondas de inversión extranjera y en asuntos corporativos para multinacionales, ONGs y startups. Lo cual también me llevo a crear CurubaTech, una startup cuya labor ha sido reconocido por instituciones como las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la presidencia de la republica, lo cual no solo me enorgullece, sino que también me motiva a seguir adelante y a continuar marcando una diferencia.
 
¿Hacia dónde te proyectas?
 
Desde siempre, he soñado con generar un impacto positivo en mi país y mi visión para el futuro es clara y ambiciosa. Quiero ver al sector agropecuario colombiano alcanzar su máximo potencial, tal como la FAO lo visualiza: ser una de las cinco despensas mundiales. Esta meta no es solo un sueño personal, sino una misión que guía todas mis acciones y decisiones. Mi objetivo es incentivar la inversión extranjera y aumentar las exportaciones agroalimentarias, porque creo firmemente que Colombia tiene todo el potencial para convertirse en un líder mundial en este sector.
 
Pero mi visión va más allá de las cifras y los logros económicos. Quiero trabajar incansablemente hacia la generación de seguridad alimentaria y la dignificación del campo. Aspiro a ver a nuestros agricultores no solo sobreviviendo, sino prosperando, con acceso a las herramientas y conocimientos que necesitan para ser verdaderamente sostenibles y exitosos. Además, deseo seguir expandiendo CurubaTech, llevándola a otros países y regiones, para que nuestro impacto positivo trascienda fronteras. A nivel personal, continuaré participando en foros internacionales sobre nutrición, seguridad alimentaria y desarrollo tecnológico, aportando mi granito de arena para construir un mundo mejor.
  
¿Qué vuelcos ha dado tu carrera profesional para hacer lo que haces hoy?
 
Mi carrera ha sido un viaje lleno de sorpresas y descubrimientos, marcado por varios giros inesperados que, en retrospectiva, han sido esenciales para llegar a donde estoy hoy. Durante el colegio, tenía un sueño muy claro de estudiar derecho y convertirme en la Secretaria General de las Naciones Unidas. Sin embargo, viniendo de una familia de constructores, poco a poco me enamoré de la arquitectura y la ingeniería civil, dos campos que me ofrecían una forma diferente de contribuir al desarrollo del país.
 
Después de graduarme, comencé trabajando en la estructuración de proyectos productivos, pensando que sería algo temporal. Pero ese "algo temporal" se transformó rápidamente en mi puerta de ingreso al sector agropecuario. Fue en este ámbito donde vi de cerca las dificultades que enfrentan los pequeños y medianos productores y sentí un llamado a hacer algo al respecto.
 
El camino dentro de CurubaTech también ha estado lleno de cambios y adaptaciones. Inicialmente, intentamos desarrollar un hardware, pero luego nos dimos cuenta de que un software sería más efectivo para nuestras metas. A lo largo del tiempo, hemos ajustado nuestro modelo de negocio, cambiado miembros del equipo y aprendido a enfrentar mejor los retos del sector. Cada una de estas experiencias ha sido una lección valiosa, reforzando nuestra misión de mejorar la toma de decisiones en el campo y dignificar la labor de los agricultores.
 
Hoy, después de pasar por múltiples programas de aceleración, obtener inversión tanto nacional como internacional y vivir en Ámsterdam durante un proceso de aceleración, CurubaTech se ha consolidado como una startup innovadora. Participar en innumerables eventos y hasta salir en SharkTank ha sido parte de nuestro crecimiento. Actualmente, ofrecemos un software que brinda asistencia técnica remota y facilita la recopilación y análisis de datos, permitiendo a los agricultores tomar decisiones más informadas y eficientes. Operamos en un tercio de los departamentos del país, trabajando con 10 tipos de cultivos y estableciendo alianzas estratégicas con empresas del sector.
 
Este recorrido ha sido un reflejo de mi compromiso con el impacto social y mi deseo de contribuir al desarrollo sostenible de nuestro país. Cada desafío y cambio ha sido una oportunidad para aprender y crecer, tanto profesional como personalmente, y estoy emocionada por lo que el futuro aún tiene reservado para nosotros en CurubaTech.
  
¿Confirmas que encontraste tu vocación? Si es así, ¿Cuál es?
 
Siempre he tenido claro que quería generar un impacto positivo, especialmente en las poblaciones más necesitadas. A lo largo de mi camino, he encontrado mi vocación en el empoderamiento de comunidades y la generación de desarrollo. Me apasiona ver cómo nuestras iniciativas pueden transformar vidas, brindando oportunidades y mejorando la calidad de vida de muchas personas.
 
Me encantan las dinámicas del mundo de los emprendimientos y todo lo que aprendo a diario del sector agropecuario. Sin embargo, también creo firmemente que uno siempre debe estar abierto a nuevas posibilidades. Mi vocación se centra en el sector de generación de impacto social y de transformación de dinámicas. Esto significa que, aunque actualmente estoy profundamente comprometida con la agricultura, no descarto la posibilidad de explorar otros sectores en el futuro. Mi objetivo final siempre será el mismo: contribuir al desarrollo y bienestar de las comunidades, sin importar el campo específico en el que me encuentre.
  
¿Cómo crees que aportó el colegio a lo que eres hoy y qué es lo que más extrañas/recuerdas?
 
El colegio fue una etapa fundamental en mi vida, donde no solo adquirí conocimientos académicos, sino que también desarrollé habilidades cruciales. Ser parte del equipo de básquet definitivamente ayudó a desarrollar mis habilidades de trabajo en equipo, enseñándome la importancia de la colaboración, la confianza y la comunicación efectiva.
 
Las actividades de solidaridad que realizábamos con comunidades cercanas me abrieron los ojos a la realidad de nuestro país. Me enseñaron el valor de la empatía y el deber que tenemos de retribuir a nuestra sociedad, especialmente cuando somos lo suficientemente afortunados de tener acceso a una educación de calidad como la del San Jorge. Yo llegué al colegio en quinto grado y aunque fue un cambio fuerte, siempre recordaré con cariño cómo las que después se volvieron mis amigas me aceptaron y ayudaron a ubicarme en esos primeros días. Esa acogida fue fundamental para mi adaptación y crecimiento.
 
Sin duda, lo que más extraño son los almuerzos, porque eran deliciosos y además me permitían compartir con mis amigos todos los días, que hoy coordinar horarios es un poco más complejo. También aprecio mucho más, ahora que he crecido, los espacios que teníamos como la clase de arte, los clubes y las competencias de casas. Estos momentos y actividades no solo nos ofrecían un respiro del rigor académico, sino que también fomentaban nuestra creatividad, espíritu competitivo y otras cualidades blandas vitales en la vida. Todas estas experiencias han contribuido a formar la persona que soy hoy y guardo esos recuerdos con mucho cariño.
 
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